Domingo por la noche

Me duele la cabeza… y también la vida. Me encuentro sumida en uno de esos periodos en que detesto todo incluyendo mi propia existencia. Detesto no sé si odio. NO me gusta la forma en que los políticos se ríen de la gente tratando de conseguir algunos votos cuando deberían dedicarse a hacer su trabajo hasta que el siguiente los releve. No me gusta que el gobierno diga que no se necesitan leyes ambientales porque con la CONAMA y COREMA basta (¿sirvieron con el tema de CELCO en Valdivia? hmm) Y no sé, nada me gusta y todo me frustra. De adolescente pensaba que el mundo no me comprendía, ahora simplemente creo que no comprendo al mundo.

Me duele la cabeza… y también la mandíbula, seguro he estado bruxando nuevamente. No. No, mi querido psicólogo, no aprendí a lidiar con la tensión ni con la ansiedad. Y no, no he ido a buscar mi plano de relajación al dentista; simplemente olvido que debo hacerlo en la semana y lo recuerdo en horas como esta, un domingo en la noche. En fin.

Me duele la cabeza y es tedioso. Sólo tengo cafiaspirina para mitigar esta molestia, pero no me sirve. Ya lo hice una vez y no pude conciliar el sueño durante varias horas en la noche. De verdad despierta la pastillita, aunque no cuando lo necesita (ja!) Por lo pronto viviré con mi dolor (qué terrible suena, jajaja) y trataré de dormir... o leeré para dormir, algo fome como economía negocios.