Resurgiendo de mis... sábanas

La verdad es que la semana no podía haber terminado más ad hocof cof cof. Luego de hablar de médicos y exámenes no quedaba otra que terminar enferma.
El viernes desperté con molestias en el pecho. A eso de las 12:30 me dolía la cabeza, el cuello y la espalda, por lo que sugerí a mi hermana cambiar la ida al supermercado para el día siguiente. Pasado las 14 ya me dolían las uñas y el cuero cabelludo. Dormí y dormí, sin descansar hasta más allá de las 19 hrs. A esas alturas ya tenía fiebre y podía sentir como ésta amenazaba con empinar el mercurio del termómetro.
Del fin de semana recuerdo muy poco, excepto algunos lapsus de mal genio, puesto que la enfermedad llegó con el SPM (recomendación: huir en una próxima eventualidad). Sé que me ceñí a mi dieta blanda y molida pero con trampa (no me pidan comer con esa cosa puesta....asco!); sin embargo todo es una nebulosa febril.
Hacía de años que no me sentía así, siglos en los que no había habido necesidad de aplicar paños fríos para bajar la temperatura... la diferencia a siglos atrás es que antes los paños me los aplicaba mi madre con su todo su amor, en cambio ahora tuve que hacerlo yo con todo mi dolor... ¡y ni una mano amiga que me ofreciera un vaso de agua! Conste que digo mano amiga, porque las manos fraternas estaban al lado (mi hermana que es una marmota y mi hermano con ataque de pánico a que se le pegaran los bichos)... Bueno, igual podría a haber venido Kurt, pero no lo dejé visitarme hasta el domingo en la tarde, y no por una cosa de pretensión -día a día mi caracho iba peor- sino para que las virulentas entidades se añejaran un tanto y no tuvieran la fuerza para contagiarlo.
En fin, ayer fue mi primera tarde sin fiebre y hoy es mi primer día fuera de la cama. Black Mamba resucita, resurge de sus sábanas para enfrentar un nuevo día y la pantalla del computaror... ¡Rayos, ya me duele la cabeza!