Terri Schiavo murió hoy tras dos semanas sin alimentación a la edad de 41 años, 15 de los cuales los pasó en estado vegetativo, conectada a una sonda para alimentarse e hidratarse. Un caso emblemático a nivel mundial y complejo desde todo punto de vista. Porque, ¿qué es lo moralmente correcto en este caso? ¿No hacer algo para mantenerla viva o no hacer algo para no conservarla en ese estado? Ambas situaciones pecan de egoísmo: el egoísmo de los padres de querer mantener su cuerpo junto a ellos y el egoísmo del esposo de no querer ver más en ese estado a la mujer que ama (o amó) y con la que eligió compartir para siempre su vida, de la cual quedó nada más que un cuerpo mal conservado. Pero, ¿quién es más egoísta en este caso? Es difícil emitir juicios, aunque todos hablan como si tuvieran la razón y la certeza. Yo no me atrevo a hablar. Porque estar en los zapatos de los padres o del marido debe ser terriblemente angustiante, y no quisiera nunca pasar por ni una de las dos situaciones con ni un familiar o ser querido.
Escuché a un sacerdote hablar en contra de dejarla morir y declarar que la iglesia católica está a favor de la vida digna. Vida digna. Pienso que la "vida" de Terri tenía de todo menos de digna. Postrada a una cama, completamente dependiente, con necesidad de una sonda para recibir alimentación, con personas encargadas de limpiar con una esponja su cuerpo y su trasero después de depositar sus necesidades biológicas en –probablemente- una chata, recibiendo diversos tratamiento para curar escaras; sin consciencia de lo que la rodeaba, sin sentir emociones (según lo expresado por los médicos) y sin saber que quién le besaba la mejilla podía ser su madre o su padre. Cero privacidad, cero pudor ¿Dónde está la dignidad?
Ahora, la forma en que se le dejó morir resultó algo cruel, como dejar de alimentar a un bebé. Su cuerpo, está claro, sufrió por esto, ¿pero cómo saber si ella fue realmente consciente de ese sufrimiento?
Al final se actuó como la naturaleza dicta en el reino animal: aquel animal débil o incapaz de sobrevivir por sus propios medios, es abandonado por el resto de la manada y queda a merced de los depredadores o de su misma incapacidad, para finalmente perecer. Así es la naturaleza. Dicen que es sabia. Entonces, ¿quiénes somos nosotros –seres humanos- para contrariarla?
jueves, marzo 31, 2005
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2 comentarios:
Hola Black. Ayer recibí tu visita y aquí estoy retribuyendo. Tema tremendamente complejo para un gatosolitario. Me declaro un manojo de incertidumbre. A primera vista suena a: la mataron, porque eso no fue eutanasia. Suena a jueces asesinos... suena a curas que ahora se rasgan las vestiduras por la moral de turno y antes bendecían las armas y daban apoyo moral a los torturadores porque estaban haciendo una labor de limpieza del ateísmo. Muy complejo. Pero a simple vista, Gato juez, le habría quitado la potestad al marido y se la habría dado a los padres, que se hagan cargo de esa "supuesta dignidad". Si entramos analizar la voluntad que en algún momento manifestó Terry ahí nos tenemos que abanderar con Sampedro (el de Mar adentro) y dejar que se practique la eutanasia. Pero es muy fácil maullar de afuera y hacerlod desde supuestos teóricos donde se contrapesan principios éticos, en el fondo hay un drama humano muy grande que hay que respetar en silencio.
Bush se rasga las vestiduras... pero... la vida de Kerry era más importante que la de los niños iraquíes que murieron por las bombas yanquis... Dirán, es un guerra, es diferente. Pero los que sufren son siempre los mismos: seres humanos, y por ellos siempre debemos sentir compasión, sea del color que fuere, también del soldado yanqui que se perdió allá en un suburbio de Bagdad, y del milico que torturó y del torturado y de los gatos y de las plantas y de todo el maravilloso universo...
Mucha lata?
Parece que agarraste al gato divagatorio.En una de esas nos hacemos del mismo barrio blogger. Bienvenida, espero tus visitas.
Felino, el saludo.
Opino parecido al cucho. No es fácil hacer conclusiones porque el caso es tan oscuro como las morales e intereses que se entrecruzan en esto. ¿El marido realmente estaba cumpliendo la voluntad de ella, o era que se había cansado del asunto? De hecho supe que vivía con una tipa desde hace años. El matrimonio era un mero trámite, así que me parece extraño no haberlo terminado. ¿Por qué no le entrego la tutoría a los padres? ¿O es que había seguros comprometidos? Como fuera, y volviendo a lo dicho por Mamba-Paola, sobre quiénes somos nosotros para ir en contra de la naturaleza... basta saber que somos seres racionales, que somos capaces de darnos cuenta que es mucho más humano una inyección letal -e indolora- como la que usan con asesinos y violadores en Texas, que dejarla morir de hambre. Perfecto, está en coma... Pero nunca podremos saber qué tan profundo era. Las conexiones neuronales son tan complejas, que perfectamente podría haber sentido el dolor. El hambre.
La muerte.
Tenemos el libre albedrío. La capacidad y la libertad de tomar una pistola y matarnos... pero cuando uno no es capaz de tomar esa pistola, ¿es traspasable ese libre albedrío? ¿Es lícito? Y, finalmente, ¿fue realmente libre albedrío, un asunto de piedad o una simple maquinación?
Para variar, una pregunta lanzada al aire sin posibilidades de respuesta.
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