¡Cierren esa maldita planta de una vez!
'Según el informe final de la Universidad Austral (UACh) la planta Valdivia de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) incidió "de forma significativa en los cambios ambientales que han ocurrido en el humedal del río Cruces durante el último año"(emol.com, 18/04)'
No había que ser adivino para saberlo, intuirlo o suponerlo: todos los problemas comenzaron desde su apertura, partiendo por los olores que invadieron la apacible vida de los habitantes de San José de la Mariquina. El paisaje, anteriormente rodeado de árboles, fue gobernado por dos enormes torres vomitadoras de humo y el aroma a campos sureños cambió. Hoy, donde hace un par de años los cisnes parecían dar la bienvenida a Valdivia, solo hay aguas fangosas. Pero era el desarrollo que venía a la alicaída ciudad, no se podía negar la llegada al progreso. Hubo argumentos en pro y en contra discusiones que tardaron años... fueron tantos problemas los que se le presentaron al proyecto que parece haber sido gestado maldito. En un momento llegué a pensar de que habían sido suficientes señales y que el grupo Angelini había optado por retirarse. Pero no.
El proyecto tardó años en aprobarse, la construcción de la planta fue otro cuento: problemas con el terreno, obreros muertos, muros desplomándose... tardó más tiempo de lo previsto.
Crónica de una muerte anunciada.
¡Qué nadie pudo ver todas las señales que indicaban no contruir la planta! ¿Por qué tanto empecinamiento?
En fin. Ahora "la Celulosa no tiene quien le escriba"... y espero que no lo tenga nunca, para que desaparezca pronto, aunque quede la sombra de un mal recuerdo, aunque cueste años recuperar la fauna y el río Cruces, pero que la cierren de una vez. Porque, ¿qué puede importar el PIB de Chile y las arcas de los Angelini cuando lo bello de mi ciudad agoniza? Si Valdivia va a recibir ayuda para salir adelante económicamente prefiero que sea de otra forma, una que no implique tanto sacrificio.
lunes, abril 18, 2005
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1 comentario:
Lo único cómico de todo esto, es ver al veterinario de mi perro en la tele.
En fin...
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